Solo el que ama vuela plasmó alguna vez el poeta español Miguel Hernández. No se equivocó el vate surgido del campo, un joven talento muerto a los 31 años en la prisión a la que fue confinado por Francisco Franco y sus esbirros que derrocaron al gobierno republicano de la otra España.
No obstante, las ideas no pueden recluirse en un lúgubre sitio porque vuelan, cobran alas, forma y sustancia para pregonar nuevos signos, advenimiento de otras eras, aunque la actualidad se ha vuelto acromática.
Tenemos actualmente mucho ruido, la clase política libra una guerra sin cuartel de cara al futuro próximo, el Covid-19 avanza imparable, la mediocridad asoma y es peligrosa.
Es conveniente mirar otro horizonte, al menos momentáneamente, para indagar en la poesía como género íntimo de la literatura, Alberto Cortez y Joan Manuel Serrat dieron a conocer versos de la generación del 27 de España, sacaron del ostracismo esas joyas de la escritura
Miguel Hernández fue un poeta que diseñó imágenes, metáforas y musicalidad a sus versos que son patrimonio de todos.
La correspondió al poeta de referencia un tiempo convulso, agitación política, levantar el estandarte republicano contra fuerzas oscuras que abrevaron del fanatismo y la sinrazón.
La condición humana parece no variar, nuestro mundo en el que habitamos muestra muchas veces un rostro monstruoso, con las grietas y los surcos que produce la guerra, la miseria y esa insoportable levedad del ser, como lo escribiera el maestro Milán Kundera. Actualmente con una pandemia por demás apocalíptica que se globalizó.
Ante esta realidad asfixiante pareciera que no hay sitio para los versos, no habría espacio para que las palabras brotadas del corazón salieran para andar de ronda en coloquios y soliloquios, pero es un error argumentar en ese sentido porque no todo el mundo sigue la misma línea que suele imponerse por la codicia, la estulticia y el desencanto.
La poesía es música, es sacar los arpegios del amor para componer una nueva tonada que dulcifique amarguras y fulmine anatemas.
Miguel Hernández escribió desde la tristeza para volverla esperanza para la libertad desde el olor del suelo en el que navegada el niño yuntero, por los corredores en los que se horneaba pan para luego cantarle a la boca de la amada.
Un poeta campesino fue Miguel Hernández nacido en Orihuela, un pájaro destinado a dar vueltas bajo un cielo celeste entre estruendos de combate y luces de colores.
La denominada generación del 27 de los poetas españoles tuvo el arma del lenguaje, la poesía fue motivo y simiente para la construcción de nuevos caminos que en aquel entonces fueron colapsados por la cerrazón tiránica de los hipócritas.
Los dichos y hechos de los falangistas españoles contrastaban con la ciencia, el arte y la profundidad filosófica de Alexander, Federico García Lorca, Alberti y el propio Miguel Hernández.
Miguel Hernández vive en la dimensión de sus versos, en estos tiempos en que muchas veces nos duele hasta el aliento. En este tiempo de pandemia la poesía es un remanso que conjunta canciones de paz.