Si evocamos el movimiento revolucionario de 1910 que encabezaría Francisco I. Madero en contra del prolongado mandato en la presidencia de la república de Porfirio Díaz, recordamos la arenga maderista que dice Sufragio efectivo, no reelección, la cual fue tirada a la borda recientemente para permitir de nueva cuenta lo contrario. La relección se permitió de nueva cuenta con una empobrecida, ideológicamente, clase política en donde se repitió la misma nómina, misma nomenclatura,
Ahora con motivo del aniversario 108 de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la presidenta Claudia Sheinbaum envió un par de iniciativas de ley para acabar con la reelección y el nepotismo, éste último uno de los lastres de la vida pública mexicana.
Con las reformas seguramente se puede oxigenar nuestro sistema político para acabar con los agandalles de una oligarquía partidista que no deja de ser insaciable de poder, aunque no ha brindado resultados porque pesa en alto grado la mediocridad evidente, ostensible.
Si revisamos nuestra historia para situarnos en 1910, en aquellos tiempos Francisco I, Madero pretendía buscar la primera magistratura del país, ya Porfirio Díaz había anticipado un par de años antes en una entrevista con el periodista Creelman que no buscaría la reelección, Madero decidió participar solo que el aún mandatario cambió de parecer.
También hay registros de que el apotegma de sufragio efectivo, no relección, fue postulado por el propio Porfirio Díaz contra el presidente Benito Juárez. Las ironías de la vida.
La no reelección prevaleció durante décadas, a manera de dogma, aunque hace algunos años se reformó la legislación para dar pauta a los intentos releccionistas que no marcaron diferencia favorable, quienes estaban a favor de los cambios argumentaron que bien podría tratarse de un mecanismo para la rendición de cuentas, en la práctica no tuvo utilidad alguna,
Por otra parte, la presidenta Claudia Sheinbaum también envió la iniciativa para no heredar cargos públicos electivos a familiares de quienes los ostentan, es decir poner freno al nepotismo que en nuestro país suele ser muy escandaloso y ha quedado como una práctica recurrente entre familiares consanguíneos en primer grado en diversas ocasiones.
Es conveniente que se facilite el surgimiento de liderazgos emergentes, otros perfiles y no más la continuada historia de los mismos de siempre que en muchos casos abonan más desprestigio y los ejemplos cunden.
Si hablamos de una democracia verdadera debe haber más opciones y no enfrentar los diques que imponen los caciques para imponer a sus allegados, principalmente familiares.
Por otra parte, recién recordamos el texto referencial en materia política intitulado El Príncipe de la autoría del politólogo y diplomático originario de Florencia en pleno Renacimiento, escrito en 1513, nos referimos a Nicolás Maquiavelo y su visión enteramente realista en torno al poder.
Lo anterior por los sucesos de las últimas semanas en donde con una memoria corta o mejor dicho con la desmemoria como divisa algunos personajes que hace poco fueron severos críticos de la 4T ahora se han afiliado a Morena como Miguel Ángel Yunes Márquez, hace poco militante del PAN y Alejandro Murat Hinojosa ex del PRI. Los tránsfugas se multiplican, creo sería buena idea leer la magnífica biografía novelada de Stefan Zweig, Fouché, el genio tenebroso. Fouché es el referente de los transformistas de la política.