Constantemente se habla de la democracia, se acude a las fuentes históricas localizadas en la antigua Grecia como forma clásica de gobierno hace 25 siglos, la clase política se llena la boca citándola con frecuencia y se destacan los valores más eminentes en su nombre. La realidad desenmascara a quienes atropellan cualquier ejercicio democrático porque tienen alma de tiranos, niegan la diversidad y cancelan arbitrariamente el debate de ideas, su vocación es por la autocracia desmesurada que suele anular a quien piensa diferente, casos de esta índole tenemos una larga lista.
Actualmente se padece a un dictador que navega con la bandera de izquierda aunque su praxis atenta contra las libertades y resulta impresentable, nos referimos a Daniel Ortega, el ex guerrillero que parece convencido de ser la encarnación misma del estado para evocar lo que dijo Luis XIV el estado soy yo. El presidente de Nicaragua no admite discrepancias, ni asume los disensos como manifestaciones naturales en un régimen democrático, silencia a los opositores, los encarcela y persigue.
Daniel Ortega ha llegado al extremo de perseguir y despojar de la nacionalidad nicaraguense a decenas de personas que son críticos a su gobierno, los ha convertido en apátridas, es decir prácticamente les dio muerte civil.
Escritores de prestigio como Sergio Ramírez y Gioconda Belli, también el periodista Carlos Fernando Chamorro son algunos nombres de quienes han sido arrebatados de su nacionalidad por Daniel Ortega el dictador que ha mostrado su apego patológico al poder.
Algunos gobiernos han manifestado su repudio a las acciones contrarias a la democracia y al derecho de parte del mandatario nicaraguense, el presidente de Chile Gabriel Boric Font expresó su respaldo a los perseguidos y ante el despojo de la nacionalidad de los opositores al gobierno centroamericano les dijo que la patria se lleva en el corazón.
Daniel Ortega fue guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional, esta organización se originó en 1961, se inspiró en la visión de Augusto César Sandino antiimperialista y en 1979 derrocaría al dictador Anastasio Somoza.
Ortega ejerció su primer gobierno de 1985 a 1990, aunque previamente también fue coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional entre 1981 y 1984, actualmente es presidente de Nicaragua desde el 2007, la reelección inmediata ha sido prolongada.
El desprecio a la democracia de parte del dictador nicaraguense es evidente, a sus enemigos políticos los acusó de traidores a la patria, terrorismo y de ser mercenarios. Para los autoritarios pensar diferente es una afrenta como lo indica el caso Nicaragua de la actualidad.
Ernesto Cardenal, poeta y clérigo nicaraguense que fuera ministro de Cultura en el primer gobierno sandinista también fue perseguido por Daniel Ortega, incluso algunos de los ahora despojados de su nacionalidad fueron en su momento compañeros de partido del dictador.
Otros gobiernos latinoamericanos han guardado silencio con relación a las medidas extremas tomadas por Daniel Ortega contra sus adversarios, organismos no gubernamentales, escritores y periodistas han reprobado la acción que ha sido brutal contra opositores que ejercen su derecho de libertad de expresión.
Personajes como Ortega hacen recordar al militar franquista Millán Astray que dijera ante Miguel de Unamuno en Salamanca en 1936: muera la inteligencia, viva la muerte